sábado, 15 de marzo de 2014

PN Los Cardones, Salta.

Pasaron unos 3 años para que volviéramos a pisar tierras de un PN, tras habernos comprado nuestro primer hogar, ya en 2008 “Coqui” había pasado a ser historia, y sin vehículo propio contratamos el paquete “Panorama Norteño” a través del proveedor turístico Caluch (por cierto, altamente recomendable). Recorreríamos las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy.

Sinceramente iba con muy bajas expectativas, la promoción turística argentina es mucho mayor para el sur que para el norte del país y eso sumado a las anécdotas de mamá de sus viajes al norte cuando eran aun mis viejos jóvenes no arrojaban un muy buen panorama. Ávidos de conocer igualmente emprendimos viaje y fue maravilloso ir descubriendo cada vez que nos acercábamos al norte más y más belleza.

Todo en el norte tiene un tinte de pacifica quietud, majestuosa sencillez y misteriosa grandeza, de esa que solo años y años de culturas milenarias pueden ir esculpiendo.

Lugares como Salinas Grandes, La Cuesta del Lipan, El Anfiteatro, Purmamarca y la mismísima Quebrada de Humahuaca son exquisitos por donde se los mire y si aún no tuviste la oportunidad de conocerlos por favor hacelo, en esos lugares vas a encontrar una belleza tan simple y real que no se esfuerza siquiera por mostrarse, no lo necesita, simplemente es y con eso le basta.


Fueron nueve días intensos, de larga jornada, que nos permitieron experimentar esto de ser nómadas de viajes que van descubriendo hasta en los caminos nuevas aventuras. Una perlita del camino a Cafayate: El taller de “Héctor Cruz” un artesano, pintor y escultor autodidacta, tipo sencillo, gentil y peculiar… como su taller el cual aún estaba en construcción pero ya daba magnitud de su obra.



Ya estábamos por el cuarto día de viaje, para esa altura ya habíamos pegado onda con Vale y Chechi, unos simpáticos hermanos que todos confundían con “mieleros” y que por esa ley de atracción (los locos atraen más locos) o los efectos de mascar tanta hoja de coca no pudieron evitar ser nuestros amigos hasta el día de hoy.








Transitábamos por la Recta del Tin-Tin cuando topamos con el PN Los Cardones. Es una extensa zona seca, de aproximadamente 65000has, con una diferencia altitudinal que va desde los 2.600 m.s.n.m. en el fondo del Valle de Tin-Tin, hasta los 5.226 m.s.n.m. en el Cerro Malcante, por lo que es normal pasar de un calor intenso a climas más fríos en poco minutos ( por cosas como estas los guías turísticos siempre recomiendan vestirse “estilo cebolla”, y no es ni más ni menos que ponerse muchas capaz de ropa de tal forma que te abrigues lo suficiente pero que cuando la temperatura comience a subir puedas ir sacándote prendas y listo, problema resuelto!!!). 


La especie vegetal protagonista del parque es el cardón, su corteza está cubierta de espinas que parecen agujas doradas y llegan a medir 30 centímetros (todavía existen artesanos que las usan para tejer lana de llama). El crecimiento promedio de un cardón es de 1 a 5 centímetros por año y recién cuando han cumplido medio siglo de vida, pueden generar sus características flores blancas que mueren a los pocos días dando paso a su fruto, la pasacana, del que se desprenden alrededor de 80 mil semillas. En el parque se pueden ver ejemplares de hasta 3 metros cosa increíble puesto que se calcula tienen entre 250 y 300 años.

Existe una leyenda entre los lugareños que afirman que los cardones son espíritus indígenas que vigilan los valles y montañas; me pareció algo muy curioso porque cuando pasé por allí, aun sin haber escuchado todavía este mito, me fue inevitable sentir que varios de los cactus me estaban mirando con estilo desafiante, es probable que solo se trate de una inocente leyenda pero el sentimiento de no estar solo a pesar de estar en la más desértica soledad se apodero de mi por unos cuantos minutos ese día.



Aveces la vida te sitúa en lugares inesperados y es cuestión propia estar lo suficientemente atento para captar lo que verdaderamente debemos mirar. 

Este viaje fue un poco eso, "descubrir" que existía una realidad distinta a la mía en todos los aspectos posibles, salir de mi burbuja urbana y palpar con todos mis sentidos que es la naturaleza y la diversidad cultural; darme cuenta que no hay mejores o peores solo distintas formas de vivir y que todas son validas mientras que en las caras de las personas se dibuje una sonrisa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario