Al
Parque Nacional Los Alerces, ubicado a unos 50Km de Esquel, se accede a través
de la ruta nacional 259, empalmando con la ruta provincial 71. Con una
superficie de 263000has es el cuarto PN más grande del país. Gracias a su
cercanía a la Cordillera de los Andes
permite el desarrollo de un tupido bosque Andino Patagónico y en la zona
de mayores precipitaciones crece una selva valdiviana donde se destaca el
Alerce o Lahuan. Este árbol milenario, es de crecimiento lento y sus ejemplares
pueden vivir entre 3000 y 4000 años de edad y medir hasta 60 metros de altura.
Una de
las joyas atesoradas del parque es su famoso Alerce Abuelo de 2600 años de
edad, 2,2 metros de diámetro y 57 metros de altura. Lamentablemente no puedo
describirles cómo se experimenta este gigante porque la excursión tiene un
tramo lacustre que parte de Puerto Chucao y por esas cosas de la vida, y pese a
nuestra corrida literal por las pasarelas, no llegamos a tomar el catamarán por
lo que solo me quedo la sensación amarga de ver partir la embarcación a tan
solo unos metros de mí cuasi quedándome sin aire. Algunos seres humanos suelen
tener como lema interrogativo el por qué a mí me gusta más hacer en hincapié en
para que, por lo que rápidamente comprendí que todo eso sucedió para que volviera
algún día a Los Alerces y pueda disfrutarlo a pleno en todo su esplendor con un
clima más favorable. Tal vez ese no era el momento para que el Alerce Abuelo y
yo, nos conozcamos...
Pese a
la llovizna y cielo gris, decidimos aprovechar al máximo nuestra visita al
parque y nos aventuramos a algunas caminatas. Los senderos y paseos que el PN
ofrece son:
• Puerto
Limonao: Trayecto de cuatro kilómetros por el bosque, entre el Lago
Futalaufquen y la ruta. Dura dos horas y es de dificultad baja.
•
Pinturas Rupestres: A dos kilómetros y medio de Villa Futalaufquen, se puede
observar un alero con pinturas rupestres de antiguas poblaciones para luego
realizar un ascenso de diez minutos hasta un mirador. Dura cuarenta minutos y
es de dificultad baja.
• Laguna
Larga: A dos kilómetros del centro de informes por una senda vehicular se
recorren cuatro kilómetros para llegar a la laguna que se encuentra fuera del
Parque. Dura cuatro horas y es de dificultad media – baja.
•
Cascada Irigoyen: A seis kilómetros de Villa Futalaufquen se observa un
importante salto de agua entre una abundante y variada vegetación. El primer
tramo dura quince minutos y es de dificultad baja.
• Cinco
Saltos: Comienza a 1500 metros de altura. Pasando Puerto Bustillo se llega a
los miradores de los saltos de agua del Arroyo Los Pumas. Dura tres horas y es
de dificultad media.
• Cerro
Dedal: Comienza a 200 metros del Centro de Informes. Al final de la senda se
observa el Lago Futalaufquen, el Cordón Situación y el valle del Río
Desaguadero. Requiere registro. Dura siete horas y es de dificultad alta.
• Lago
Krugger: Comienza a 1500 metros pasando Puerto Bustillo. Ésta es la senda más
compleja del Parque, ya que se requiere disponer de más tiempo. Se permite
acampar en el sector de Playa Blanca, pero no se puede hacer fuego. Al llegar
al Lago Krugger, hay un camping agreste y un puesto de guardaparques. Requiere
registro y dura doce horas de ida, con poco peso.
• Lago
Verde: Comienza a 500 metros de la seccional Lago Verde. Al final de la senda se
tiene una excelente vista panorámica de los lagos. Dura una hora y es de
dificultad media - baja.
• Laguna
Escondida: Parte frente a la Seccional de Arrayanes y se asciende hasta llegar
a la Laguna. Requiere registro y dura cuatro horas. Es de dificultad media –
baja.
•
Cascada Arroyo del Hacha: Comienza a 200 metros de la seccional Rivadavia. Se
llega a una importante cascada y se puede disfrutar de una panorámica del Lago
Rivadavia y su entorno. Dura una hora y media y es de dificultad intermedia.
Además
del PN, Esquel ofrece otros atractivos turísticos cercanos muy interesantes
como ser la Cascada de Nant y Fall, la comunidad galesa de Trevelin con sus
deliciosos tés ideal para la merienda, el centro de esquí La Hoya, visitas a
criaderos de truchas que estimulan y mantienen la pesca deportiva en la zona y
la excursión La Trochita con su transporte al
pasado en donde los trenes a vapor eran los protagonistas, entre otros.
Como
dice el refrán, al mal tiempo buena cara, y tal vez el clima no haya colaborado
para que experimente todo al ciento por ciento o retratar imágenes fieles a la
belleza del lugar, pero a pesar de esto me pude conectar con la paz y quietud
de la naturaleza y simplemente disfrutar de estar. Partimos de Esquel un martes
por la mañana, nevaba intensamente y mientras el auto avanzaba recuerdo haber
mirado hacia la blanca montaña con la promesa de algún día volver y conocer
cara a cara al Alerce Milenario.
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