El Parque Nacional Bosques Petrificados es uno de esos lugares donde el poder de la naturaleza se hace evidente. Y es que hace 150 millones de años atrás, en el período Jurásico esta zona era un exuberante bosque de árboles gigantescos, pero al iniciarse el Cretácico, los movimientos tectónicos que provocaron el levantamiento de la cordillera y coincidieron con las erupciones volcánicas, terminaron sepultando entre cenizas todo este lugar, iniciando un proceso de petrificación. Con el paso del tiempo, el viento y las lluvias, se fueron revelando los enormes troncos de araucarias que permanecen estoicos en el medio de la misma nada como colosales espíritus que se resistieron a morir.
Ubicado al noroeste de la provincia de Santa Cruz, en el departamento de El Deseado, fue declarado parque nacional en el año 2012. El lugar, aunque a simple vista no lo parezca, aun hoy es, literalmente, un bosque. Sus troncos de piedra están derribados, pero sus raíces están en el mismo lugar en donde transcurrieron sus vidas. El sitio es impactante y está considerado uno de los yacimientos fósiles más importantes del país puesto que allí se encuentran los árboles petrificados más grandes del mundo con ejemplares que llegan a medir 35 metros de longitud y tener hasta 3 metros como diámetro mayor. Hasta el momento de petrificarse contaban con 1.000 años de edad.
Cercanas a los senderos de araucarias petrificadas, pueden verse pequeñas manadas de guanacos y la mara o liebre patagónica. La población de estos herbívoros está íntimamente ligada a la disponibilidad de vegetales, porque los largos períodos de sequía ocasionan una gran mortandad entre estos animales. Además encontramos especies como el gato montés, el puma, zorros grises y colorados. Entre las aves que alberga la región las que más se destacan son el choique o ñandú petiso, símbolo de las aves corredoras australes.
La entrada al área protegida se encuentra sobre la Ruta Nacional Nº 3, a mitad de tramos entre las localidades santacruceñas de Caleta Olivia, al norte, y Puerto San Julián, al sur. A la altura del Km 2063, se desvía a la Ruta Provincial Nº 49 y, luego de recorrer 50 km, se llega hasta la seccional de guarda parques del Monumento Natural Bosques Petrificados.
El recorrido por el Parque es corto y de fácil acceso, teniendo solo un sendero de aproximadamente 1000 metros que recorre el lugar donde se encuentran las araucarias petrificadas, un mirador de los volcanes Madre e Hija y un museo en el área cercana a la casa del guarda parque. Además para tener en cuenta es recomendable ir provisto de agua potable, alimentos y combustible, ya que la localidad más cercana se encuentra a más de 200 km. de distancia.
La naturaleza, como la vida, obra de maneras misteriosas; es capaz de evolucionar y reinventarse pero también a veces necesita conservar algunas cosas como si fueran recuerdos muy preciados. Si me preguntan que puede verse en el PN Bosques Petrificados diría que estar allí es como mirar el álbum familiar de tu infancia, donde a pesar de que sabes lógicamente que hoy ya nada es igual, siempre encontras en alguna imagen esa sensación de algo grande y maravilloso que te perteneció y que de alguna manera definió tu presente.
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