Entrando en 2011 ya habíamos recorrido
muchas rutas argentinas y de aquella nena que nunca había salido de Buenos
Aires poco quedaba.
Argentina aún seguía siendo
grande pero ya no era inalcanzable, y el haber saboreado los exquisitos colores
de sus paisajes norteños, lo salvaje de la humedad mesopotámica, la aventura constante
de los terrenos cuyanos y la amplitud de las llanuras pampeanas, no hicieron
otra cosa que alimentar el sueño de seguir por más.
El próximo destino no podría ser
otro: la “Patagonia Argentina” que como leyenda enarbolaba su mística belleza convirtiéndose
en una invitación irresistible a disfrutar.
Fuimos planeando la aventura que consistía
en 22 días de viaje, recorriendo las provincias de Neuquén, Rio Negro y Chubut,
explorando algunos de los lugares más famosos de argentina turísticamente
hablando como lo son Caviahue, Bariloche, San Martin de los Andes, Villa La Angostura,
El Bolsón, Esquel y Puerto Madryn entre otros. Y por supuesto, para mí lo más
emocionante, conociendo seis parques nacionales. Si si era increíble! La excitación
no me cavia en el cuerpo de solo pensar en el numero… seis de un hilo guauuuu!
Era una aventura grande y como
todo lo grande en la vida, se amplifica si lo compartís con gente que queres. Fue
así como, fuera de todas las probabilidades, con una regia y enorme panzota de
7 meses de embarazo Ale, Chris y Renata se unieron sin titubear.
Y una fresca madrugada de Marzo emprendimos
viaje, como siempre con mate en mano, música sonando y esa perfecta sensación de
que algo nuevo comienza, algo que no es necesario que controles, solo requiere que
te entregues y lo dejes ser. Sublime!
Me es imposible hablar solo de
los PN de este viaje por lo que a lo largo de cada una de las próximas publicaciones
iré sumando a cada parque algunas perlitas que descubrí.
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