Si tuvieras el poder de viajar en el tiempo; que es lo que harías? Yo
supongo que diría que trataría de volver a ese momento en donde todo se complicó
y la vida dejo de ser simple para adornarse de conceptos, prejuicios, miedos y
miles de “deber ser”; pero como aun no sé cuándo pasó eso simplemente me gustaría
volver a algún momento en el que fui feliz y todo parecía estar en perfecta armonía
y solo me rodeaba de belleza… para un día como estos, que mejor que volver al
PN Los Glaciares.
El Parque Nacional Los Glaciares, es uno de los lugares más bellos de la
argentina, sus enormes bloques de hielo compactados con paciencia de artesano
forman enormes y majestuosos paredones que depende de cómo les de la luz pueden
ir desde el más puro blanco a un misterioso e indefinido azulado. Ubicado al
sudoeste de la provincia de Santa Cruz, y de fácil acceso desde la localidad de
El Calafate, cuenta con la característica de conformar el manto de hielo más
grande del mundo, después de la Antártida. Los campos, también conocidos como hielo continental patagónico, ocupan
en total una superficie aproximada de 2.600 km ² y significan más del 30% del
espacio protegido. De estas gélidas extensiones se desprenden 47 glaciares
mayores, de los cuales 13 desembocan en la cuenca atlántica. Asimismo existen,
independientes del campo de hielo, 200 glaciares de menor magnitud.
El glaciar más reconocido de este lugar es el Perito Moreno, enmarcado
en el Lago Argentino, debe su fama a que se encuentra en constante movimiento,
producido por un fenómeno cíclico de avance y retroceso, con espectaculares
desprendimientos de su descomunal frente de 5 km y sus 60 metros de altura por
sobre el nivel del lago. Esta maravilla se puede experimentar fácilmente, solo
se necesita un poquito de paciencia, puesto que las pasarelas del parque están perfectamente
diseñadas para que se te ponga la piel de gallina con el estruendo que provocan
las caídas de los bloques de hielo que despidiéndose con ese colosal sonido
emprenden viaje por el Canal de Témpanos. No existe sensación más sublime en
ese momento, seas o no amante de la naturaleza, toda tu atención es encantada
por ese paisaje, y el estupor del sonido del hielo golpeando en el agua es como
una flauta mágica que te deja hipnotizado.
Como sucede con todas las cosas buenas y bellas de la vida, este lugar
es para vivirlo al máximo, por lo que puede recorrerse de varias maneras ya sea
por tierra, a través de excursiones lacustres o también caminando por encima del
mismo glaciar. Desde Puerto Bandera salen a diario las embarcaciones que
navegan el lago Argentino y permiten conocer la Bahia Onelli, el glaciar Upsala(
el más grande de la zona), y el glaciar Spegazzini ( el más alto del parque)
entre otros. Es una excursión de casi todo el día, y es verdad que en algún momento
del día puede hacerse monótono entre tanto tempano; pero hay algo
extraordinario en sentir como el frio abrazador de un enorme bloque de hielo
que suavemente se pasea por la superficie te acaricia las mejillas mientras que
se te congela todo menos la capacidad de asombro.
Si no es un pecado, debería serlo, por lo que sin lugar a dudas te recomiendo
que en tu visita al parque incluyas unos días para el extremo norte del mismo,
cercano a El Chalten. Ya desde la ruta, justo antes de llegar, se puede
observar la magia de este lugar, es una postal encantadora como de algún pueblito nórdico escondido entre
las montañas; con el imponente Cerro Fitz Roy (con una de los picos más hermosamente estéticos
que vi en mi vida) de fondo es el escenario perfecto para la aventura. La
popularmente conocida como “capital del trekking” es una fiesta de colores,
aromas, aventura y libertad.
Jóvenes de todo el mundo se acercan a esta zona
para vivir experiencias deliciosas que van desde disfrutar de una simple cerveza
artesanal mientras resuena la guitarra de algún turista a perderse en magnificas
caminatas por bosques y macizos a través de sus 11 circuitos auto guiados. De
todos ellos solo puedo dar testimonio del sendero de Laguna de los Tres, sin
exagerar fue el desafío físico más grande a superar pero cada segundo de dolor
en el último tramo de 400mt empinados vale la pena, y tras una larga caminata
de aproximadamente 5 horas llegas al paraíso en la tierra: una antigua arista
morénica (enorme formación en forma de arco que actualmente contiene a la
laguna, formada por la acción del avance y posterior retroceso glacial), con
una extraordinaria vista de la laguna color turquesa profundo y glaciar de los
Tres. Esta es la vista más cercana
de la pared granítica del monte Fitz Roy y sus agujas periféricas y una de las
visiones más exquisitas sobre la faz de la tierra.
La clásica caminata sobre el glaciar se realiza en el Perito Moreno,
nosotros fieles a nuestro espíritu aventurero elegimos la opción de Ice Trekk sobre
el Glaciar Viedma, en la zona norte del parque. Se trata de una excursión de
unas 6 horas donde luego de una corta navegada por el Lago Viedma se llega a un
promontorio rocoso frente al Glaciar. Caminamos hasta el borde del glaciar y
comenzamos un trekking de dos horas y media sobre el hielo, siempre con calzado
especial (grampones) y paso firme, para no resbalar. Tuvimos el privilegio de explorar
sumideros, grietas y cuevas; realmente puede llegar a ser aterrador estar al
borde de una cueva y no ver dónde está el fondo, uno sin lugar a dudas se
siente diminuto, pero todo vestigio de vértigo desapareció con un exquisito Baileys
“on the rocks”. Sin lugar a dudas caminar por un glaciar no es algo de todos
los días, por lo que si estas por la zona no te prives de vivir una experiencia
como esta.
Definitivamente si pudiera viajar en el tiempo tal vez podría modificar
algunas cosas en el curso de mi vida, si pudiera viajar en el tiempo tal vez entendería
muchas más cosas, o simplemente me sentiría más poderosa; eso sí jamás borraría
de mi memoria a este parque y todos los momentos que experimente mientras lo descubría
¿Por qué? Simplemente porque tiene el
poder de hacerme viajar en el tiempo y el espacio, reviviendo cada sensación,
aun sin moverme de esta silla.