Es curioso como los seres humanos
necesitamos obtener continuamente sensaciones nuevas para mantener cierto
equilibrio existencial, como si la única forma de sostenernos dependiera de que
la rutina no nos “coma” y en esta carrera, en la que competimos con desventaja,
si no estamos atentos se nos puede consumir toda la vida, siempre sintiéndonos incompletos,
como si evolucionar, crecer, cambiar, expandirse solo fuera real bajo cambios drásticamente
visibles, instantáneos, absolutos. Bajo
este pensamiento levanto la vista y contemplo la copa del “Quebracho Abuelo”,
un ejemplar de quebracho colorado que se erige imponente en ese mismo lugar
desde hace más de 200 años; desde su nacimiento, de manera lenta e
imperceptible ese árbol fue mutando, con sutileza, hasta llegar a su esplendor.
El parque nacional Chacho, ubicado
a unos 130Km de la ciudad de Resistencia, fue creado en 1954 con el fin de
proteger alrededor de 15mil hectáreas de Chacho Húmedo y semiárido en la ribera
del serpenteante Rio Negro. El paisaje está formado por una variedad de
ambientes naturales. Al centro, este y sur del área se extiende el monte
fuerte, donde predominan majestuosos ejemplares de quebracho colorado chaqueño,
que pueden alcanzar los 15 m de altura y que en algunos sectores forman
comunidades casi puras o quebrachales. En el área conviven dos tipo de quebrachos colorados, el chaqueño y el santiagueño, se pueden diferenciar fácilmente
por sus hojas, el primero tiene hojas simples mientras que el segundo tiene
hojas compuestas.
Además de quebrachos en el parque
podemos encontrar galerías de bosques, pantanos, praderas – algunas de ellas
cubiertas por palmas caranday y pindo – matorrales, lagunas y montes de
quebracho colorado y blanco, lapacho, guayacán y algarrobo.
Tanto la flora como la fauna son
abundantes. Muchos animales son fácilmente visibles aquí, como el bullicioso
mono carayá, tortugas acuáticas, yacaré overo, zorro de monte, carpincho y gran
variedad de aves. Para dar una idea de la elevada diversidad del Parque por
ejemplo, en el caso de las aves, se han contabilizado 353 especies diferentes,
que se pueden avistar desde los miradores. Asimismo, este Parque Nacional es
refugio de especies amenazadas como el oso hormiguero grande, el lobito de río,
el aguará guazú y el tapir, entre otras.
Las actividades que pueden
realizarse son:
ü Sendero
Peatonal del Río Negro (junto el Área Operativa).
ü Lagunas
Carpincho y Yacaré (a 5/7km, por sendero vehicular).
ü Ralera
de Quebrachos (a 4/5 km, por sendero vehicular).
ü Laguna
Panza de Cabra (a 11 km, por sendero vehicular).
ü Sendero
Peatonal del Río Negro sendero autoguiado de 40 minutos de duración de baja
dificultad.
ü Sendero
de Las Lagunas Carpincho y Yacaré, recorrido de 7 Km, por senda vehicular
atravesando porciones de “monte fuerte o alto”.A pie se arriba a los
miradores.
ü Sendero
de la Ralera recorrido de 5 km, por un bosque puro de quebrachos colorados
finalizando con un mirador en zona de
palmar-pastizal.
ü Área
de picnic diurno Panza de Cabra a 9 Km, del centro
operativo, con mesas fogones
y un mirador.
Estos senderos se pueden recorrer
a pie, en vehículo o en
bicicletas, únicamente con guías habilitados.
Por ultimo hay una cosa que hay
en abundancia dentro del parque, y son los molestos mosquitos, por su clima de
altas temperaturas y mucha humedad, este lugar es una cuna de oro para estos
insectos, que durante nuestra visita nos acosaron casi sin descanso. Como
consejo personal, es fundamental ir preparado, no solo con mucho repelente y ropa
que cubra lo más posible el cuerpo, sino también mentalmente para soportarlo puesto
que la cantidad de mosquitos realmente puede ser abrumadora. De hecho como anécdota,
el motivo por el cual no tengo muchas imágenes de este lugar, es porque
realmente mantenerme quieta más de 1 segundo para tomar una foto era
insoportable, por lo que sepan disculpar pero en esta oportunidad las fotos
bellas se las debo.